EL PRINCIPE Y EL MENDIGO (Mark Twain. Literatura universal del siglo XIX.)
Los niños intercambian sus roles: Tom Canty toma el lugar de Eduardo en el palacio y Eduardo toma el lugar de Tom en su casa. Nadie cree a Eduardo cuando dice que él no es Tom, sino el verdadero príncipe. El padre de Tom lo maltrata y el príncipe escapa con ayuda de un noble caído en desgracia, Miles Hendon, pero se pierde entre una multitud de gente que estaba protestando por el rey. En el palacio nadie cree a Tom al decir que él no es realmente Eduardo y piensan que el príncipe se ha vuelto loco. Mientras tanto Enrique VIII fallece y por consiguiente se hacen los preparativos para la coronación.
Después de una serie de aventuras, Eduardo logra intercambiar su lugar con Tom, justo cuando éste estaba a punto de ser coronado. Eduardo está ansioso por quedarse en el trono pero los nobles se niegan a creer que el niño que se les aparece como un mendigo es el verdadero rey, hasta que les describe el sello real que había escondido antes de salir del palacio y que Tom había tomado por un abrenueces. Miles es recompensado con el título de duque y con el ordinario permiso de sentarse en presencia del rey, reservado sólo a la familia real. Tom recibe como agradecimiento por apoyar la reclamación del nuevo trono el título de «Protegido del Rey».
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